domingo, 27 de diciembre de 2015

OPORTUNIDAD y ESPERANZA - ESPERANZA y OPORTUNIDAD


El conocimiento siempre es saber cuándo algo se sabe y cuándo no se sabe. Mientras tanto es solo el compás de una intuición repetida que engaña a los sentidos y en una proporción muy elevada de los casos les hace fracasar, y sufrir, mientras en otra singular cantidad de ocasiones les proporciona una segunda o tercera vida de la que nunca hubieran siquiera imaginar. Decía María Zambrano que si los sueños no fueran un cierto modo de despertar, pasarían inadvertidos siempre.Sucede en cierta manera como cuando se dan pinceladas del mismo color, una sobre otra, otra sobre una en un lienzo, y que aún siendo el mismo color siempre, nunca es igual, siempre fantasea el estigma de un brillo, una sombra que le hace diferente. 
Pienso que la esperanza, esa palabra denostada por el hiperrealismo vital que tan solo llega a ser historia por la huella que deja de tantas repetidas ausencias es lo que el humano añora y busca, y rastrea hasta hallar esa plenitud que exige siempresiempresiempre saber vaciar, procurar un vacío para que la holgura sea satisfactoria.   
Hay quienes miran lo que sucede frente a ellos, sin saber qué es lo que sucede. Y no siempre porque sea un espejo lo que miran sino porque el hábito les ha ensortijado de tal manera que no saben salir del laberinto, ése del que habla el sabio cuando le dice al humano que nada es sencillo sino que siempre todo se debe hacer con sencillez, como el amor, que no precisa grandes escenarios, solo uno, el que el amadoamante ha escogido en el momento oportuno, el lugar oportuno, la edad oportuna, apurando el sentido oportuno.

sábado, 19 de diciembre de 2015

REDUCCIÓN NECESARIA ANTE UN CRUCE DE MIRADAS


Cuenta ARS (en Nueve veces el asombro. Alfaguara.2005) que en Mogador hay un reloj muy respetado. Es el mar. Conmueve la insistencia de sus olas que vienen y van, que van y vienen sobre las murallas sembrando en la ciudad una terca sensación rítmica que invade a toda la población. Añade que la humedad de la piel, de la ropa, de los libros, del aire, es una clara medida del tiempo. Posiblemente por ello dicen que en Mogador el tiempo es líquido. Afirman que calma la sed y ayuda a los amantes. "Al amor dale tiempo" es algo que allí se oye con frecuencia. Saben, imagino, que la humedad hará el resto.
Los amadosamantes saben cuándo han nacido para ser ellos. Desprecian ese desaprendizaje al que algunos se obstinan en alejar. Ignoran que , como los espejos son expertos en apariciones, también los ojos de los humanos descubren cuándo la mirada se hace una. Y es que hay miradas que no pueden ser eludidas. Parecen circunstanciales y en realidad están hablando: "Ven, te estoy esperando... reesperando...", dicen. Se entrecruzan por una avenida y por más que se esté rodeado de gentío, se atiende esa perorata que impide no volver a cruzar ese misterioso vacío que han provocado el STOP de los viandantes, que se han convertido en virtuales, transparentes a dos miradas que nunca más serán las mismas.
Lo dicho me recuerda que nunca lo planeado sale como se ha imaginado. Es como al día, al que hay que cogerle desprevenido, como por sorpresa,  levantándose dormido. Por ello, lo espontáneo, siempre, es lo más desinteresado, pundonoroso, honesto, sincero.

Los que han estado en Mogador saben de la magia que envuelve esa brisa atlántica de la que nunca nadie se desprende del todo, de la que siempre se nota en la epidermis de la cara recordando esa finitud vital a la que nunca se hace mención y a la que puede engañarse tan solo con el mundo de los sentidos.

martes, 15 de diciembre de 2015

DE LO QUE LLAMAN SOLEDAD


Yo creo que si la soledad manchara, no habría suficiente agua en el mundo para hacer desaparecer dicha mancha. La soledad, no obstante, es maravillosa, es creativa, consciente, rebelde, improbable... y también todo lo contrario. De lo que sí estoy seguro es que al igual que las palabras pueden ser pares o impares, la soledad también puede serlo...impar...o par. Y esta última es la que mayor dolor puede producir si no se metaboliza adecuadamente, si no se sabe interpretar aquellos versos de Baudelaire: "Solo es digno de su libertad quien sabe conquistarla".
La soledad forma parte, inevitablemente, de la vida. Se nace solo y se muere solo, por muchos que estén a nuestro lado. Fuimos, somos y seremos producto de ese retiro voluntario, o no, al que nos abocamos por el simple hecho de ser nacidos.
La vida es como un zarandeo entre el recuerdo y la esperanza, pero cuando los recuerdos ya no son compartidos, ya no son una pértiga desde la que saltar a la esperanza, son un lastre que empujan al fondo de la marisma. Posiblemente porque el humano se autoexige compartir recuerdos y no vivir entre ellos, sin más, formar parte de lo que uno mismo eligió: ser, un Robinson Crusoe.

lunes, 7 de diciembre de 2015

LLEGAR A COMPRENDER


Dijo Confucio que el saber no es tan bueno como amarlo; amarlo no es tan bueno como deleitarse en ello. 

Y en ello reside todo, en comprender la esencia de las palabras que forman frases, y frases que trasmiten pensamientos. Por mucho que el humano lo intente, no hay modo de ocultar lo que no es visible, lo que trasciende con nuestros movimientos, verbales o no verbales, siempre visuales, latientes como lo es el corazón de quien dice sin decir. Sucede lo mismo cuando se oye a alguien y se escucha lo que aún calla, lo que sólo él/ella dice sin decir.
Somos, lo admitamos o no, posibles lectores de lo liso y lo arrugado, como bien dice ARS en uno de sus libros (Nueve veces el asombro). Que lleguemos a serlo solo depende de nosotros, de vivir lo que hemos aceptado comprender a discernir. En ocasiones lleva toda una vida...