miércoles, 26 de agosto de 2015

EMOCIONALMENTE



Realmente, ninguna persona siente estrictamente lo mismo que otra. Nunca. Ni lo expresa de la misma forma, ni en los mismos contextos. Aunque en el fondo sea lo mismo...  o tal vez no... Distinguimos entonces entre la emoción sentida y la emoción expresada. Algunos humanos expresan más de lo que en realidad sienten, mientras que otros sienten más de lo que expresan. Hay variación. Sin embargo, de lo que no existe cambio alguno es que destacan siempre aquellos que todo lo sienten de una forma hiperbólica, sin medida. Son verdaderos tsunamis emocionales. 
Las respuestas emocionales están regidas por nuestro cerebro más primitivo, amo y señor del llamado sistema nervioso autónomo, al que no podemos controlar a voluntad. Si bien es cierto que las personas muy cerebrales llegan a cansar, las muy emocionales desgastan cualquier tipo de relación en donde siempre el equilibrio debe primar. Decía Benedetti que "De vez en cuando es bueno ser consciente de que hoy, ahora, estamos fabricando las nostalgias que descongelarán algún futuro".

Es bueno ayudarse a aprender a sentir, a regular lo que pasa en el interior de cada uno, de saberse alumno y maestro a la vez, independientemente de donde vivamos y cómo lo hagamos. Cada vez que se vive una experiencia surgen tres fenómenos: la emoción, el aprendizaje, y el almacenamiento de cómo se vivió tal emoción. Éso es lo que se llama memoria emocional. Por ejemplo, los viajes están siempre cargados de memoria emocional, de vivencias propias, que no ajenas.
El humano bien desarrollado mentalmente vive con y de su memoria emocional. Sabe cómo reaccionar ante esos constantes disturbios que acompañan al día a día, a las dudas, a los deseos conscientes e inconscientes, al desvarío de los sentidos... El estilo a la hora de sentir acaba coloreando nuestro carácter.
Einstein, quien además de ser un científico notable fue también un gran pensador, dijo una vez: "Ningún problema puede ser resuelto desde el mismo nivel de consciencia que lo creó". Totalmente cierto, Don Alberto.  Las cascadas de pasiones impiden ver el bosque de nuestros verdaderos sentimientos, paralizan que podamos desarrollar otras facultades: la intuición, el razonamiento, la sensación...
Hay que volver a la calma...siempre. Se ve mejor, se siente...mejor.

martes, 18 de agosto de 2015

LA CONCIENCIA


Un proverbio budista dice: "Un maestro te abre la puerta pero tú has de ser quien la atraviese".

Habitaba en un tipo de vivienda con demasiadas ventanas abiertas, pero realmente desconocía que la mayoría, las que de verdad dejaban entrar y salir la luz estaban cerradas. Tenía la presunción de estar haciendo lo que siempre había deseado sin percibir que lo que más valor tenía, aquello por lo que otros se amaron, lo estaba dejando ir como el agua se va entre nuestras manos cuando intentamos retenerla. Nadie le subrayaba la ausencia de aquella palabra: vida. Mantenía un tipo de alegría muy sutil, extremadamente quebradiza. Sí sentía que los sobresaltos eran cada vez menos ambiguos, los asombros con más interrogantes, que a la armonía le notaba más defectos continuados y que ciertos sonidos sonaban a vestigios de palabras heridas.
Es cierto que cuando hablamos de la gente tendemos a no incluirnos, de igual manera que hay palabras que no solo habitan en la lengua, que también lo hacen en el paladar, saboreándolas o temiendo ese amargor de desear que algo ocurra sin significar que no temamos que suceda. 
El humano no debiera, no debe, existir para dañar. Posiblemente por ello la ventaja que tenemos de usar el pensamiento para percatarse de algo tan sencillo, de lograr esa conciencia que le leía hoy a Oliver Sacks que le contaba su amigo, el científico Francis Crick, quien le decía estar convencido de que entender cómo el cerebro produce la conciencia estará resuelto en el 2030... Lástima, seré ya tan mayor para disfrutarlo... Mientras tanto seguiré observando y asombrándome de cómo pensamos y por qué lo hacemos, o de la influencia que un viaje puede tener en la vida de una persona para conocerse, como Mogador lo ha sido ya para tantas...

sábado, 15 de agosto de 2015

CONFUSIONES Y AIRE



Templo nepalí del que disfruté en su momento y cuya existencia ya es historia.


Hay humanos cuya historia está constituida por sus repetidas ausencias, como esos días que tras haber pasado no se recuerdan haber existido. Y no son solamente inexistencias físicas sino, de las peores, de las vivenciales, de esas que emanan desde lo más profundo del humano, del alma.   ARS habla en cierto modo de ello en Los nombres del aire (Alfaguara 2004) al citar a Kadiya "... De Kadiya se sabe lo que han podido repetir quienes algunas veces la han tenido cerca pero tan cerca que son los más alejados de ella..."..
Hay sonrisas, sí, que son muy tristes y que en el silencio de la noche, cuando el mutismo paraliza el tiempo y diluye la espesura del día ya pasado y la brillante luz de la luna tiñe la única verdad que acompaña al viviente, se entienden, devuelven a la memoria esos rasgos penúricos que demuestran que lo afectivo siempre es lo efectivo. La hipnosis autónoma del suspirante le devuelve esa verdad que nunca debiera abandonarle, impidiendo borrar el presente por un mísero pasado de una actualidad siempre inoportuna. Es ese hedonismo falseante por su incomprensible traducción enseñado en las aulas de una vida mal entendida. Y es que la sencillez, siempre, debe ser analizada como un valor, nunca como un desprecio, de la misma forma que ser creído es la forma más cierta de ser creyente. 
Ser uno mismo no es cosa solamente de uno mismo sino de sus actos, de sus movimientos, de una mezcla de confusiones agradables, de ignorancias que algunos/algunas nunca comprenderán y donde otros/otras conocen a donde llevan esas corrientes del viento y otros/otras apenas comienzan a darse cuenta que su cuerpo se mueve en el aire.

sábado, 8 de agosto de 2015

DE PRESENCIAS Y AUSENCIAS



Existen personas de las que nunca se percibe su presencia hasta que un día se van.
Y al humano le desconcierta porque, aunque posiblemente nunca estuvieron como él hubiera esperado al pensar en ello, sin embargo, acaban por dejar de estar de cualquiera de las maneras, de su múltiples formas, de esos estilos a los que nadie acaba de acostumbrarse totalmente. Se extraña, se echa en falta. Difícil confluencia de neuronas que elaboran un pensamiento, una explicación razonablemente sensata. Me recuerda entonces una canción de Amy Winehouse: Help yourself. Siempre uno mismo es su mejor aliado.
La posibilidad es algo que jamás se sostiene, que nunca se valora con su justa medida. En cierta forma es como que hay que procurar que coincida la muerte con el fallecimiento. Nunca al contrario. Aunque sostener algo cuando ya no hay fuerza merece que el otro sea el que tome el relevo... en el caso de que tenga fuerza...claro.
La vida siempre enseña, cada día. Cada minuto de ella da oportunidades para universalizarla. La lástima es que una mayoría y excesiva cantidad de humanos  ignore que ésto es así, que un deseo es más que una pieza decorativa o que un desalojo visual, olfativo, auditivo, táctil...Es  más que una hoja de calendario o un objeto. Mucho más. Los huecos deliberativos como algunos refieren son caprichosos para el espíritu del humano. Son inesperados, imprevistos, fortuitos.

Me contó un amigo un día por la mañana mientras tomábamos un té, que no había dormido bien, que ni siquiera había soñado... Y es que soñar es muy importante... Casi tanto como saber envejecer, que como nacer conlleva también toda una vida...
Reconozco que apostar por el humano tiene sus riesgos. El mayor de ellos es que ser seleccionado no implica ser selecto. Aún así, el riesgo siempre es vital. Todo es riesgo. Y con riesgo se crece, se dan años a huecos de pobreza disfrazado de riquezas que no lo son...realmente. La riqueza siempre es la interior, la que cuesta enseñar y disfrutar tan solo con el amadoamante, aquella que un día deja de insinuarse para que sus duales ojos nunca más la olviden, sepan de sus oquedades y de sus relieves, de sus palabras incompletas, de sus mudantes frases. 
Nunca nadie dijo que la vida fuera sencilla sino que podía hacerse sencilla. 



Desnudo  vine al mundo
y regreso a la nada
cargado de disfraces.


 (Poemas africanos. Javier Reverte)