sábado, 21 de septiembre de 2013

ELOGIO DEL INSOMNIO, de Alberto Ruy Sánchez

Exalta ARS el insomnio en el último libro que le leo (Elogio del insomnio. Alfaguara). Cuenta que ya desde niño sentía la lentitud nocturna caminándole por todo su cuerpo. Navegaba - añade- en la noche como en el vientre de una ola interminable, como si estuviera en un túnel de agua donde todo y nada sucede.Y el mar estaba fuera de mí y también adentro: era mi cuerpo unido a la oscuridad, diluyéndose muy poco a poco en ella. Y no era un sueño. Es importante este matiz. Distancia la vigilia, real o imaginaria... real e imaginaria... 

La noche engrandece los sentidos, sí. Tal vez porque lo que le rodea le empuja a anularlos, a empequeñecerlos, y el interior responde con la voluntad creativa, la que nos caracteriza, la que restablece lo aparcado durante el día. Los recobra con la pureza de ser lo que verdaderamente sintió, le sintieron. Es por ello que la noche es la perfecta compañera de los amantes, que los extiende y los posee con esa esperanza de no perder al amado, a la amada, que es el quicio de la puerta de la casa que fue desarraigada de sus cimientos por huracanes, anegada de palabras no dichas u olvidadas de significado.

3 comentarios:

  1. Gracias por tu vuelta, Sonámbulo.

    ResponderEliminar
  2. Me uno a congratularme con tu regreso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por vuestros ... deseos, queridos anónimos.

      Eliminar