Los Sonámbulos saben que la meditación es la base de su vida, la materia prima que estimula sus deseos. Conocen que sin meditación es fácil dejarse arrastrar por lo fácil, aquello que no ayuda a seguir caminando sino a dar saltitos. Un estudiante le pregunta al Maestro: "Maestro, ¿cuánto tiempo me hará falta meditar para alcanzar la serenidad?". Tras un prolongado silencio, el maestro le contesta: "Treinta años". El estudiante acusa la contestación: "Eh... es algo largo. ¿Y si me esfuerzo el doble, si trabajo duro día y noche y no hago más que éso?" . El maestro mantiene un largo silencio y le responde: "Entonces cincuenta años".
Con la meditación se llega a la comprensión de dos voces: la de la inteligencia y la de la experiencia. Solamente cuando se hace la pregunta de si es real la realidad puede llegar a pensarse que se está en buen camino.
Cuando pienso que ya no pienso en tí, sigo pensando en tí. Quiero intentar ahora no pensar que ya no pienso en tí, escribió Paul Watzlawick.
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