El mal, el dolor, no está en cometer faltas, sino en no tratar de corregirlas, me dijo una vez un sabio que pasaba por un marginal, un ser transparente, alguien con el que se tropezarían y ni le pedirían disculpas por haberlo hecho. Me contó que hacía años que se había iluminado. Tuvo que ver el final de la vela para saber que se iba a apagar si no se reconvertía a la sensatez, al amor.
Amor no es solamente el "fou" sino también el equilibrado por los que pasean junto a uno. Es amistad y es solidaridad. Todo éso es amor, también.
Vivimos sin que salga esta palabra de nuestra boca. Y es bueno decirlo. No pasa nada, no pasa nada...
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