domingo, 27 de diciembre de 2009

EL MUSEO DE LA INOCENCIA.



Hoy he finalizado la última novela de Orhan Pamuk, un casi desconocido para mí. Hasta el pasado mes de septiembre solamente conocía de él que en 2006 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Sin embargo, buscando lectura en una librería para un próximo viaje por Turquía, ví en un estante dedicado a él un libro titulado Estambul. Me hizo ilusión poder leerlo cuando estuviera allí. Y así lo hice. La experiencia fue tan interesante como inolvidable. Ya no porque me abriera los ojos a una ciudad "diferentemente especial", sino más bien por cómo lo decía, cómo explicaba el latir de una ciudadanía dentro de una historia encrucijada de costumbres, sentimientos y ... deseos. Y sobre todo por cómo repetía una palabra: amargura, para insertar las connotaciones de cómo fue, cómo él la vio, cómo la sintió, cómo la deseó...
Por éso, cuando ví el anuncio de su última novela tras volver de recorrer Turquía, El Museo de la Inocencia, no me resistí ni un instante en hacerme con ella. Es de ley decir que tan importante como la novela es la traducción de Rafael Carpintero, esencial en captar todos los matices que, seguro, Orhan Bey deseaba transmitir a sus lectores.
Solamente voy a decir de la novela que es la historia de una pasión, de una devoción y de un respeto inconmensurable hacia un gran amor. Y por supuesto, con ella se podrá conocer más el carácter y la vida de una ciudad, un país, que lucha por conseguir su destino y demostrar lo que fue. Pero también es un ejercicio autocrítico, no se crea.
Leerla habiendo conocido Estambul es una delicia, aunque si todavía no lo han podido hacer, este año entrante es el mejor para pasear por sus calles, por el puente Galata, la plaza Taksim, la calle Cumhuriyet... o la Calle Cukurcuma. O también, ¡quién sabe!, la boutique Champs Elysées, el edificio Compasión o la Academia Sobresaliente...
Y es que este año se podrá ver el Museo de la Inocencia, en la calle Cukurcuma, la verdadera novela viviente. Por ello deberá llevarse consigo la novela, porque tal vez con ella le sea más fácil entrar y comprender todo lo que allí se expone y hacer realidad aquella frase que alguna vez todos hemos oído o dicho: lo que une dos momentos es el tiempo.
El libro, como no podía ser menos en este blog, es deseante, todo él, desde principio hasta más allá del fin... Al menos hasta que se vuelva de nuevo de Estambul, de haberla reconocido de nuevo de la mano de la persona amada, a la que se le descubra los hechizos de las miradas, de los sonidos y olores que la ciudad esconde. Dicen que las ciudades esconden metáforas descubiertas por los ojos de los peregrinos que indagan respuestas: Estambul las tiene, solo hay que buscarlas.
Si desean tener momentos felices, lean la novela. Se habrán hecho un gran favor.
Ah!... y luego, váyanse a Estambul a ver El Museo de la Inocencia y a celebrar lo hermosa que se ha engalanado para celebrar en ella la Capital Europea de la Cultura, ciudad que vivió el poder de tres imperios, el romano , bizantino y otomano, observen el mar Negro y el Mármara, la vieja y la nueva Costantinopla en la que siguen conquistando la opulenta belleza de sus mezquitas, palacios y bazares en una magnífica cuña geográfica formada por el Bósforo y el Cuerno de Oro, en la que viven alrededor de quince millones de personas. Visiten también la basílica de santa Sofía (Aya Sofya), la Mezquita Azul y la Mezquita de Solimán, Naz perver kalfa y la Biblioteca Murat Molla, el palacio de Topkapi, el Centro Atatürk o el coqueto y romántico Café de Loti enclavado en un cementerio, sin dejar de ver el Palacio Dolmabaçe. Y si desean embadurnarse de objetos de toda condición y textura, visiten el Gran Bazar, con sus cuatro mil tiendas, un verdadero laberinto de deseos comprometidos.

viernes, 25 de diciembre de 2009

EL AZAR.

Cuenta Jassiba en un pasaje de La mano del fuego, cómo añoraba a su abuela, su forma de contar historias, su deseo de verla de nuevo en sueños... pero no sucedía e iba arrinconando poco a poco su deseo en el olvido.
Sin embargo, un día, a los nueve años de sentir estéril aquel mandato de su corazón, previo un viaje a Mogador, oyó de nuevo la voz de su abuela: "Te voy a contar lo que pasó la noche que tu abuelo y yo llegamos al bosque tropical de la Guayana. Nunca hubiera pensado que aquello fuera posible...".
Habla ARS de que es más fácil pensar que el azar ata y desata en nuestras vidas coincidencias sorprendentes. Pero esta misma idea es una poderosa creencia más.¿Endiosamos el azar?.
Posiblemente lo que nos acerca al azar es el deseo, también, de insertar nuestra mente en la parte más racional de la irracionalidad, ¿o será la parte más irracional de la racionalidad?, aquella que nos impulsa a usar los sentidos de la forma en que esencialmente fueron creados, la que no se conforma con mantener los equilibrios que dicta la sensatez de nuestra sociedad.
El sonámbulo se deja llevar mucho por el azar, defintivamente, sintiendo, viviendo lo que le queda cada día por seguir viviendo... todavía.

domingo, 20 de diciembre de 2009

EL APROVECHAMIENTO DEL DESEO.


Hace frío en donde estoy, y me consuela saber que antes mi cuerpo se ha alimentado con los rayos solares del verano y de parte del otoño. Está cargado de calor. Es tan importante sentir el calor...
Independientemente del clima que nos rodea, el calor que te generan los que te quieren es esencial. Se nota, se aprecia esa termoregulación que tenemos los humanos y que nos empuja a movernos físicamente o con nuestra mente operante. Tenemos mucha suerte los humanos por poder contar con la posibilidad de hacer, tocar, besar, amar... simplemente con del deseo de satisfacerlo. ¿Pensará el humano alguna vez al mes lo dichoso que debiera sentirse...?, ¿entenderá lo maravilloso que puede ser el entendimiento con otro alguien que se implica en desear lo mismo...?, ¿sabrá que estamos aquí solamente un pequeño lapso de tiempo y que resulta estéril no aprovechar lo que tenemos a nuestro alcance...?

viernes, 18 de diciembre de 2009

FALSO ATARDECER y DESEO.

Cada mes, al mediodía, una bruma púrpura muy tenue llenaba el aire de Mogador. Se veía desde las azoteas como un resplandor rojizo que extrañamente despedían los muros blancos. Todos lo llamaban "el falso atardecer" y no duraba más de quince minutos. Se desvanecía lentamente, como había llegado, latiendo tras el pulso del mar sobre la arena. Cuando entraba en la ciudad se iba untando a todas las cosas, tocándolas casi sin tocarlas, respirando con ellas el mismo aire quieto. Por eso, cuando un amante ostentaba maneras demoradas pero certeras, se le elogiaba diciendo que era "un falso atardecer", "una nube morada" o "una oleada de sangre muy diluida en el viento".
(Tomado de Los nombres del aire, de ARS)

En ocasiones, el deseo se tambalea entre la atracción y la estable sensatez. Pocas veces la veracidad de los sentimientos está tan equilibrada como el agua de un lago, y el ser humano se estremece cuando aparece algo que distorsiona su aparente móvil quietud. ¿Son lo que parecen o parecen lo que son en realidad?. Qué más dá, So what, diría el amigo americano, rebelde y feliz. El deseo oficializa momentos felices y le otorga las medallas al sufrimiento que nunca antes le dieron...

domingo, 13 de diciembre de 2009

MIRAR CON AIRE.


De todos es conocido el arte que las mujeres de Mogador poseen en sus ojos, que hablan cada vez que parpadean, tal vez producto de su educación extremadamente hacia adentro que han tenido. Pasión, desdén, rechazo, acercamiento, transmiten por medio del último eslabón orgánico que su alumbramiento le acompañó al venir a este mundo y que es vehículo comunicante de cualquier idea que desee describir.
Cuando una mujer en Mogador desea a alguien pone ojos sonrientes y brillantes, como dice ARS en sus libros, ... se dice que "ella mira con aire".
De siempre me ha intrigado el aire y su influencia sobre los seres vivos, pero nunca lo pensé alimentando el deseo. Lo afirmé con la locura, eso sí...
¿Será locura el deseo...?, ¿será abandono de lo absoluto...?, ¿o será lo intuitivo que con el vivir y desvivir nos ha ido abandonando?.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

LOS NUEVE NIVELES.


Maimuna hacía del baile lo que en su país dicen "los nueve niveles de la escalera iluminada", cuenta ARS en su libro En los labios del agua.
Son: el rigor, que conlleva el placer de la contención; la conciencia del cuerpo, el descubrimiento; la seducción, el arte supremo; el conocimiento de la otra persona por el cuerpo, la mirada continuada; el abandono, primero en las manos de la música, luego en las manos de con el que baila; la transformación continua del propio cuerpo por quien baila; la sensación de juego, el goce gratuito, vacío de intención; el placer de transportarse, de viajar mentalmente; y el placer sin nombre, dicho así porque son pocos los que lo alcanzan y quienes lo alcanzan no pueden describirlos con palabaras sino bailando.
Llevar dos cuerpos hasta tal nivel requiere lo que dos mentes han sido capaces de crear a la par, al unísono, sin apenas palabras. El baile de los cuerpos, la ilusión de los sentidos iluminados exige concentración y tiempo. No pueden ser inexpertos ni demasiado jóvenes. El sonambulismo precisa estudio y meditación no aprendida en las universidades del conocimiento básico, ni aunque se hayan equiparado a los planes de Bolonia. Se requiere un máster en teorías mucho más elevadas, las que acompañan al espíritu, asignatura de la que no hay cátedras... aún.

martes, 8 de diciembre de 2009

OTROS TIPOS DE DESEOS.


Nos cuenta ARS en De cómo llegó a Mogador la melancolía, que : "Todos los habitantes de Mogador iban diariamente a las murallas para tomar en la brisa y en los últimos rayos ardientes del sol, un baño de eso que ellos consideraban como la parte más íntima y más valiosa de sus antepasados. La piel bronceada era en Mogador la huella alegre de los muertos. Hombres y mujeres iban al puerto para reconocer en el aire el afecto de los suyos".
También en Occidente se tienen rituales similares que impregnan en el presente lo que el ausente le dejó. Son en símil de dios aúreo, sus enseñanzas, sus ejemplos, sus deseos de mejora frente a lo que él, el ausente, ya se siente derrotado.
Llega un instante en la vida, que el ser humano no vive por él mismo, vive para él, para ellos, confeccionándolo con trozitos de él mismo y aromas de esencias y colores que siempre quiso tener y nunca poseyó. Vive para él, para ellos, y sin embargo, no deja de desear. Todo lo contrario, desea más y más, hasta la extenuación por haber anhelado ser lo que en su imaginación siempre supo que fue.

viernes, 4 de diciembre de 2009

LA FIB.


El 2 de junio de 1974, en su discurso de coronación, Jigme Singye Wangchuck dijo: " La felicidad interior bruta es mucho más importante que el producto interior bruto". Tenía 18 años y se convertía, tras la muerte de su padre, en el monarca más joven de Bután, un país pequeñito en el Himalaya.
Desde aquel día, la filosofía de la felicidad interior bruta (FIB) ha sido el principal objetivo del gobierno butanés. La idea es que el progreso no se objetive únicamente por el nivel económico del país. Bután sabe de cómo son los países occidentales y modernos, y recuerda cómo era hace cuarenta años, mísero, sin educar, medieval casi. Su objetivo es situarse en medio.
La FIB se basa en dos principios budistas. Uno, saber que todas las criaturas vivas persiguen la felicidad, la individual. La otra, la nacional, queda en manos de sus gobernantes, que buscarán el entorno que facilite al individuo encontrar esa felicidad. El otro es el principio budista del camino intermedio.
La FIB, incluso se ha llegado a medir para convertirla en un valor seguro. Se han tabulado: el bienestar psicológico, el uso del tiempo, la vitalidad de la comunidad, la cultura, la salud, la educación, la diversidad medioambiental, el nivel de vida y el Gobierno. Y los resultados han sido óptimos.
Sin embargo, intentar equiparar nuestros resultados a Bután no es posible. Nuestras realidades son muy diferentes. No obstante, cuando se ve cómo viven y cómo se han arreglado para "reinventarse modernamente" mediante una Constitución hecha a imagen del butanés, da que pensar...
Lo que sí es copiable es el respeto que tienen por su transitar por la vida intentando no hacer daño a nadie, y hablando con ellos, a fé que lo consiguen en un alto porcentaje. De ésto sí debiéramos ser aprendices de ellos... al menos unos días al año... al principio. Es también un deseo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

MIRADAS DE DESEO.


Puede leerse en NUEVE VECES EL ASOMBRO, de ARS: "Dicen que un año sí y otro no, las ventanas de Mogador devoran también toda la luz de la luna. Pero hay quien asegura que esa es una falsa impresión porque son los ojos de las mujeres llenas de deseo quienes desde sus ventanas mogadorianas iluminan todo lo que en la noche brilla, incluyendo la luna y a la ciudad entera. De la misma manera que son ellas y no la luna quienes depositan su mirada sobre la piel morena de sus amantes imprimiéndole un tono de plata calentada por el cuerpo. Y, además, lo hacen como minucioso tacto de filigrana".
Siempre el deseo viene por la mirada, siempre la timidez del instante es sustituida por el sonrojo interior de quien conoce qué es lo que quiere, qué lo que desea para tener más momentos felices.
La amada-amante sabe quién es el que mira, quien el que desea, como tú, como yo...