lunes, 23 de octubre de 2023

RECORDAR



En ocasiones hay que dejar pasar un cierto tiempo para revisar lo que fue, ha sido, o será. 
Le llegaba entonces, o ahora, no sé...hasta un gentío exagerado, con sus hablares y escasos silencios, olores y miradas mezcla de colores, síntesis de especias, ocres y azules añil, una plaza con encantadores de serpientes, faquires escupiendo fuego, los cantos de los gnaoua y leyendas árabes por doquier. Desconozco si fue o seguirá siendo "el lugar más maravilloso del mundo" con el que lo calificó Winston Churchill, solo sé que fue una etapa más de la que me habló el Sonámbulo cuando reinició su viaje de iniciación. Había dejado su corazón de asfalto acercándose lenta pero seguramente a la experiencia más deseada desde su corta aunque muy experimentada ya, vida.

Cedió su tiempo a la voluntad de quien iba a ser su destino y se dejó llevar por el canto de su voz al hablar con palabras de viento, aquél que ciñe las cinturas de sus moradores cuando se deja acariciar nada más llegar a Mogador.
La noche, aquella primera noche de abrigo corporal, sería el comienzo de otras mil y una noches únicas que luego recordaría con la pasión del navegante que espera llegar a su destino y ansía ver lo que entre sueños se imaginó.