sábado, 22 de abril de 2023

DISTINTA PRIMAVERA




Aunque soy un gran defensor de la primavera (primera verdad) por su versatilidad, que nunca una es igual a otra y mucho menos a los ojos de quien la ve, esta que nos está visitando es muy distinta a la que esperaba. Se muestra esquiva con esa alegría melancólica de la espera comparable con otras primaveras; en cierta forma es la expatriada de un ambiente socorrido por esa cíclica resurrección en búsqueda continuada de la esencia de una vida que sale al encuentro de quien la busca...
A la primavera siempre se le ha emparejado con el amor, el preámbulo del desgaste del tránsito, que pule y blanquea o ennegrece a la vida, como al guijarro que está junto al río, hasta que lo engulle displicentemente. 
En la primavera se descubrían los sentidos como puentes levadizos  a través de los que más o menos profundos interiores se comunicaban con el mundo. Hoy se les ve levantados, o reabriéndose, o comportándose intermitentemente absurdos ante un dios bifronte, quien goza y rehúye al anochecer.  De los cinco sentidos, el que más impresiona es el de la vista, el que nos conecta con lo que irradia, con esa mirada furtiva de búsqueda o de llegada... Probablemente, esta primavera es como tantas otras, sin embargo, el calor desmesurado, el desequilibrio que ya comienza a ser rutina climática, no me agrada, no noto acompañe al nacer o desentrañar el mundo sensorial que debiera...