jueves, 10 de febrero de 2022

ELLA


Hay bellezas que no se quitan ni con una ducha, del mismo modo que existen voces cuya sonoridad se compara a algunos jardines que detienen el tiempo y lo borran para que su existencia sea eterna. 

El Sonámbulo se cruzó con ella sin saber que el mundo se detenía en aquella baldosa que acababa de pisar. Intuía que estaba muy lejos de su alcance; sin embargo, en sueños la había visto, o creado, o deseado fuera parte de él. No obstante, se oyó pensar a sí mismo que si insistía en que sucediera lo inevitable, acabaría ocurriendo lo esperado. Intuía que si estaba en este universo al que nadie le había pedido permiso para acceder a él, era para desear y sentir, gozar y convencer a otros que las posibilidades existen para hacerlas reales en el mundo de las  pasiones. De lo contrario sería un fracaso total, como lo es el mundo de los que buscan solamente guerrear y ser superiores a los demás. Hay cuerpos que parecen almas, y aquel había posado su aroma en la atmósfera que él respiraba con intensidades adolescentes. 

Aquel olvido fue el primero de otros muchos, sofisticados pero nada mundanos, de permanecer. en su memoria, en sus neuronas aún jóvenes. Alguien, posiblemente un sabio, le dijo que la más persistente y dolorosa nostalgia es la de lo no sucedido.