Hay días que amanecen al anochecer y ganan sonidos al silencio para conmemorar algo que me dijo un sabio: el mejor modo de medir el amor es que sea sin medida. Es posible... del mismo modo que cuando se explica a alguien qué es la soledad le signifique que no es para tanto, que siempre existe un rayo más grande, siempre un exceso superior...
Los péndulos del ancho reloj del océano, como dice ARS en uno de sus libros, son las olas y las mareas intentando acariciar el vientre y la espalda de su amadaamante, de la misma forma que siempre esté deseando hacerlo en sus sueños deseantes. Y en ese acúmulo de agua está pensando ahora, mientras se sumerge en el deleite de la mirada al horizonte incierto, severo, cambiante de color y de luz...
Hoy, cuando se permite el placer del recuerdo se ve sometido también al olvido posible, a sus formas sofisticadas de permanecer. En su mente sabe que lo extravagante, lo caprichoso, es una forma rudimentaria de excelencia que puede ser también muy sofisticada. Lo adorna y embellece con las formas que más ambiciona, inconscientemente en ocasiones, tal vez demasiadas, sabiendo profundamente que lo inolvidable es imposible.