lunes, 5 de julio de 2021

SIN SABER EL POR QUÉ


Aún siente escalofríos el Sonámbulo al acordase de la sensación que le supuso notar esa agradable dificultad de entrar en ella, en su profunda oscuridad, en esa noche del cuerpo donde nada se ve sino a tientas. 
La luz de un tronco en la chimenea alumbraba el momento haciéndolo mágico, salpicando de siluetas la habitación. "Abandónate" -le dijo ella-, "déjate llevar a donde estoy casi a medias, no hables, solo respira y acoge en tu boca el oxígeno que exhalan mis pulmones para darte fuerzas y resistir más tiempo sorteando tus deseos. Descontrólate, sé más mío.........". 


El vínculo de Aziz se hacía más permeable conforme el erotismo impregnaba y crecía como ese árbol al que el buen ojo del jardinero le recrea su madurez simbólica. Hawwa  esperaba con inquietud escribir esa "huella del grito" de la que habla ARS, la tensión que viene después y que impide reconocer los músculos intervinientes, porque todo es humedad, todo neoformaciones corporales y telúricas.