lunes, 5 de octubre de 2020

SABORES DESEANTES


Dice ARS en Nueve veces el asombro, que en Mogador se tiene la certeza de que los peces deseantes tienen mejor sabor que los peces acorralados. Mi impresión es que lo mismo sucede en los humanos, que su transpiración y por ende olor de su piel es distinto en aquellos que lideran su deseo que los que son seres pasivos movidos por un viento que no conocen y al que en absoluto interesa. 
Los sentidos cuentan con una gran importancia en el deseo. Son de naturaleza espiral, nunca líderes de ofensivas ni defensivas opciones sino de intensidades, que nunca son traducidas a cantidades. El sabor nunca se ha defendido con la importancia que realmente posee. Ese mordisco suave, paladeante, que efectúa el amante siempre es interpretado como lucha de agravios amorosos con principio y final, nunca sangrantes, siempre dulces más que agrios, nunca dolorosos siempre con esa simiente de dejar hambriento al amanteamado/a hasta la próxima comida...