Es de tal modo que por donde se la mire siempre tendrá una biografía. Abandonada a la orilla del sueño, el amadoamante velará su viaje hasta que al día siguiente la recupere de nuevo con un beso, esa fe de vida que es más un acta a la esperanza. Sabrá que el privilegio de ser audaz le acercará más y más a su destino, ése que desconoce, aunque navegue hacia él sin brújula ni GPS. Y exprimirá el limón de su vida, sus primaveras repetitivas que cada vez son más otoños salpicados de nuevos colores y formas que son fiel reflejo de pensamientos y obras, de otros y de él.
Un día ella le dijo: "Antes te buscaba a solas, ahora te busco contigo". Y es que los números pueden ser pares o impares, como la soledad... La prueba de la irremediable soledad es que nadie, entre ser bello o disfrutar de la belleza ajena, elegiría lo primero... Salomón, aún antes de ser sabio, no fue ignorante: optó por la sabiduría; después se enardeció con la reina de Saba, y por fín escribió el Cantar de los Cantares. Lógico.
No hay una verdadero camino que no añore un oasis, o que recuerde una fuente, ésa es la enseñanza de toda una vida destinada a ser vivida y amada.