Que el cielo queme en tu cabeza este olvido, que el piso se mueva, te tire y te levante muy adentro de mí. Éstas frases a modo de embrujo, y otros consejos, recogidos en Los nombres del aire, de ARS, son las que la egipcia Sofía le dice a otra mujer para que acercara su amado hasta ella. Es interesante leerlos, entender lo que el exceso de dopamina puede provocar en el cerebro del humano. El escepticismo puede jugarnos malas pasadas, pero su carencia también, aunque de mejor talante, de mayor proximidad afectiva con uno mismo.
¿Qué es un deseo sino un hechizo mental al que vamos inconscientemente...?. Sin esa fascinación por el contrario, por el amadoamante, no sería provechoso vivir, confirmar la distancia con uno mismo, aceptar que la dulzura es más un sonido que un sabor.