viernes, 27 de noviembre de 2015

DESEO SERENO NUNCA EN VENTA


Cada vez deberían importarnos más menos cosas y no hacer oídos sordos a las palabras de aquel Ángel González que un día escribió: 

Yo sé que existo
porque  tú me imaginas.
Soy alto porque tú me crees
alto , y limpio porque tú me miras 
con buenos ojos,
con mirada limpia.


Pero no hay manera... esta sociedad que nos  idiotiza con los black friday como si fuera lo más de lo más sin apercibirse que lo que se necesita siempre es lo que nunca se vende, lo que no tiene precio ni se rebaja... tan solo se puede malcomprar por un tiempo extremadamente restringido limitándose a interpretar lágrimas nunca bien conjugadas con el verbo sentir. 

El/la amanteamado/a sabe ciertamente que sin imaginación no hay amor en que pensar, ni intensidad para descifrar el morse de un corazón deseoso de comunicarse, y que hay días que amanecen cuando anochece, porque la noche tiene ese lenguaje de sombras y silencios que se conjugan a la perfección entre el alba y los que exprimen los instantes para que sean imperecederos... posiblemente porque alguien les haya dicho que el deseo siempre es instantáneo y coge al corazón desprevenido, inesperando la felicidad, aspirando tan solo a la serenidad.

jueves, 26 de noviembre de 2015

ESA MALDITA MANÍA DE REFLEXIONAR...


Lo más inteligente que se puede hacer en esta vida es apartarse de este especie de laberinto en el que nos han metido, salir de una vida que no es la nuestra y que no es la ideada; una vida que precisa esclavos para seguir manteniendo la pura organización que necesita esclavos, y así hasta el final. Salirse de una cadena de transmisión perfectamente trazada en la que el individuo como tal es lo menos importante, es un número útil para contribuir a su propia autodestrucción por un lado y a la eterna edificación por otro, de ellos mismos, de quienes poseen la hoja de ruta. Big Data, redes de descomunicación social, coches sin conductor, inestabilidades políticas y financieras... y sobre todo, por encima de todo, vidas limitadas a no más de un centenar de años en el mejor de los casos.
Es duro dejar de creer en el humano porque no es lógico que todos sean/seamos así. Cada uno debe posibilitarse su propio día con afán, con sus momentos plácidos, serenos, sonrientes. Eso es lo inteligente. Y por ello debemos reivindicarlo. Sin algaradas ni altisonantes voces. Con el ejemplo, con esa mirada que se cruza con el otro/la otra y es un momento mágico, estáticamente eterno que moviliza todas las hormonas existentes en un cuerpo que se nos ha dado sin pedirnos permiso para ser recibido. Es una oportunidad para cambiar lo que no nos agrada. Y debemos comenzar con nosotros mismos y con el que tenemos al lado, con quien nos pregunta cómo ha de conseguir momentos de felicidad. El Sonámbulo recomienda que todo lo que no es antivida es buen maestro para vivir.
Recuerdo una frase que leí de Luis Rosales, el poeta: "Hay personas que se definen por lo que tienen, y hay otras que lo hacen por lo que les falta...".
En el fondo, la realidad la teñimos nosotros mismos, no nos engañemos. Es como la atracción humana, a la que hay que dejar ejercer sin asesores ni partidarios, tan solo con los sentidos...hasta el umami.

sábado, 14 de noviembre de 2015

LECTURA DESEANTE



Releer libros que nos han hecho gozar es parte de ese hedonismo al que nunca se debiera renunciar. Hoy, que París se tiñe de rojo por la sinrazón de quienes nunca sabrán qué es el amor, qué la serenidad, qué el alma sosegada, recuerdo de nuevo a Cristina Peri Rossi en su magnífico poemario Estrategias del deseo (Lumen.2004). El final lo dedica a dos poemas complicados, y digo complicados, porque es difícil mezclar el atentado  del 11-S en Nueva York y el dedicado al 11 de marzo en Madrid con un ideario de lirismo amoroso y sexuado. Y lo consigue. No crujen sus palabras, no dañan al cerebro y sí se siente más cercano ese deseo al que le dedica noventa y seis páginas.  Este año Peri Rossi publica La noche y su artificio (Cálamo. Poesía. 2015), otra aproximación a esa escritura erótica a la que tantos espontáneos juntaletras con escasez de sustancia gris han querido explotar para enriquecerse y empobrecer la imaginación (o no) humana. Habla del amor romántico, de la noche urbana, de la soledad,  del sentido homenaje a las partes corporales que tanto placer nos producen al humano, de la separación dolorosa, de la atracción, etc.

Qué poco se habla, hablamos, de deseo amoroso, erótico, ... pensaba hoy mientras la trompeta de Chet Baker sonaba de fondo, bajita, como para sentirla con mayor profundidad, como susurrando ese silencio en donde descansan todas las palabras, todos los recuerdos. Parece que se recela sentir esa mirada de asombro que aparece cuando una idea novedosa sale de labios ajenos. La sencillez del deseo es un valor en todo caso, sin excepciones, sin menudencias.  Desear estimula al crecimiento porque enseña a esperar, a olvidar ruidos que en su día fueron música, a ignorar nubes que el deseante ve en forma de exultantes soles. 






domingo, 8 de noviembre de 2015

PALABRAS


Es curioso lo que aquella torre de Babel nos trajo... Por ejemplo, en español la palabra ilusión sugiere ensueño y esperanza, en inglés, puro engaño, espejismo. 
En ocasiones, he de admitir que en este caso concreto, algo hay de cada uno. O será, tal vez, por el carácter y enseñanzas de nuestros casi vecinos en la Unión Europea (que para lo que les interesa lo son y para lo que les merma en cualquier aspecto miran para otro lado)... 
No obstante, sí que es bastante frecuente entender de distinta manera palabras que usamos a diario, que definen y nos definen... De alguna forma es como que puede ser comprensible que en la calle no nos saludemos todos; pero se me haga extraño este permanentemente pasar de largo, esa amnesia hacia advertidas asignaturas que hay que aprobar sí o sí. No me acostumbro a admitir que en las almohadas reposen todo tipo de silencios. 
El humano está diseñado para que la palabra lejos no sea una distancia confusa sino un vocablo ajustado a un deseo, al igual que cerca expresa lo que quiere decir, e incrementar su contenido es en el mejor de los casos contraproducente. Aunque, la verdad es que tampoco ésta es una asignatura aprobada por todos... 
Y, probablemente, haya una palabra que sin ella los Sonámbulos no llegaríamos a existir, una palabra que los que no son como nosotros, exhiben silenciosamente, midiendo su contenido, poniéndole el traje de los domingos y quitándoselo antes de la comida. Nosotros, sin ella, no tendríamos equilibrio. Su nombre: pasión.

domingo, 1 de noviembre de 2015

A VECES PIENSO...


La memoria se organiza por emociones, de tal forma que cuando nos sentimos dichosos acuden todas esas escenas que anteriormente catalogamos como felices; y a la inversa, cuando nos usurpa el sufrimiento, nuestra vida semeja un vía crucis. Puede parecer diabólico pero este rosario de recuerdos suele ayudarnos a ganar cierta perspectiva, y ganando perspectiva, a veces, maduramos como personas. Pocas veces ocurre con la perplejidad, porque en cada ocasión nos parece estar estar perplejos por primera vez. 
La perplejidad viene a ser un escotoma, un agujero negro al que nos sumimos de vez en cuando más por fatalidad que por deleite, y que no recordamos porque básicamente creemos que se trata de un instante carente de significado. En cierta forma podría catalogarse como un cierto colapso de la vida intencional, un momento en el que la voluntad se muestra vacía y el mundo confuso. Algo así podría considerarse con el titubeo. Sin embargo existe una gran diferencia entre ellos. En el titubeo se duda en la elección ante dos posibilidades. En la perplejidad, no. Simplemente no existen. La RAE lo define como "irresolución, confusión, duda de lo que se debe hacer en algo".
El continuo devenir vital nos empuja a situaciones en las que las decisiones no son del todo claras. Posiblemente en parte de deba a que la posesión es fruto de la ausencia del deseo, y eso espolea hacia la perplejidad, y a la vez a la aparición del escepticismo, una enfermedad por la que se acaba dudando de las verdades al uso, muy sano cuando se usa la reflexión, y poco recomendable cuando es la perfecta excusa para la pereza o el pesimismo. 
En estos días en los que estoy releyendo Ítaca del gran Cavafis, siento más que nunca lo expresado por aquel poeta griego del pasado siglo, que publicó poco pero que se obsesionó en trasladar la claridad en sus observaciones, las que fueran, solamente para aquéllos a los que creía las entenderían. Sin solemnidades dejó escrito este aleccionador poema, eterno ya:


Cuando la travesía emprendas hacia Ítaca,
pide que sea largo el camino,
lleno de aventuras, pleno de saberes.
...

Pide que sea largo tu camino,
y muchas las mañanas de verano
en que-con qué placer, con qué alegría-
entres en puertos nunca vistos.
...


Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino,
pero sin prisa alguno en tu viaje.
...


Más vale que se alargue muchos años;
y ya en la vejez recales en la isla,
...

Con la sabiduría que has alcanzado, con tu experiencia,
ya habrás comprendido qué significan las Ítacas.

Texto: Ítaca. C.P. Cavafis. Nordicalibros.

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