domingo, 28 de septiembre de 2014

LOCURA y RITMO


Todo lo que provoca enloquecimiento amoroso en el humano es devenido, según los que han dedicado muchas vidas a observarlo, a que la escritura de la vida se ha reconvertido en un mar embravecido de letras y signos que impiden sea leída correctamente.  Ese mar incontrolado, dispuesto a todo lo que pueda suceder, lo representan algunos contadores de cuentos en Oriente, como el péndulo de un reloj desritmado, representado entonces por las mareas y las olas. Y recomiendan entonces que se invoque a la razón, se resetee la existencia hasta que el deseo de acariciar al otro sea irrefrenable, que esa intoxicación salina acaricie con su oleaje más que hiera con su brusquedad. Y añaden que la luna es la causante de muchos de estos instantes, que el desconocimiento tácito de esta prerrogativa no le impida caer en dicha dolencia tentadora, y que los dependes no son menos claros que los muchos o los pocos. Ellos también dependen...  lo mismo que echar en falta a alguien que solo hemos visto una vez, o ninguna.

jueves, 25 de septiembre de 2014

ES LO QUE HAY...


Hay días en los que al amanecer le cuesta más presentarse, que parece no tener en absoluto qué ver, y por lo tanto no haya nada que en verdad sea digno de ser visto a los ojos del Sonámbulo. Pudiera ser porque ayer durmió entre aquellos versos del gran Ángel González:

Tanto la he llamado, tanto
he suplicado su asistencia,
que ahora,
cuando apenas si tengo ya voz para llamarla,
casi lo que más temo es que al fin venga.

No me vuelva a dar la vida.

Quizá mejor que no. NADA GRAVE. Visor Poesía.


Y es que no hay nada peor que la espera, saber lo ajenadamente inesperado (¿enajenado tal vez...?) que es, en esencia, presentaciones ocultas, estrechas en posibilidades. Sucede, como me cuentan, en esas reiteradas hasta hacerse insoportables ausencias de frases deseantes, pensamientos inacabados para serlo dualmente, silencios improductivos de reflexión, solo monólogos de pensamientos ausentes, sin conclusiones... inacabadamente tristes y estériles para los poquísimos años que el humano vive... Y es que para entrar o salir de nuestra casa no basta con atravesar el umbral de la puerta.

sábado, 20 de septiembre de 2014

NOCHE ESPESANTE


Existen ocasiones en las que se confunde la esencia de la belleza, que incluso se colige hay que conseguirla con sufrimiento. Nada más inoportuno y falso para cualquier amadoamante que se precie. En las mujeres puede conducir a abrazarlo de tal inconsciente forma que las sindromiza, como el de Hera, la mujer de Zeus, y asesina, tortura el amor, lo inutiliza para siempre. Exhibir esa melancolía, esa engalanada tristeza ciega y ensordece las más profundas esperanzas... para nada. Al placer hay que esperarlo como se adivina será con nuestras herramientas -me dijo un sabio- , no con las de otros. Es en cierta forma como la manera de ser atractiva/atractivo: no ser atrayente de manera consciente, descubrirlo en la quietud de la noche, en el gran silencio que nos cierne en los momentos esenciales de nuestra existencia, porque no se olvide, esos momentos no son inútiles: con las horas muertas hay mucho que hacer... aunque solamente sea sentir la ausencia. Allí está la belleza, en el recuerdo...o en el deseo de ir de nuevo al amadoamante.

viernes, 12 de septiembre de 2014

LO ESENCIAL

A pesar de lo que pueda creerse, es más fácil ser alguien que no ser nadie, pasar por la vida dando con ella, exprimiéndola para extraer todo su jugo, por más que la cubierta del limón pierda su compacteidad. He conocido personas que se han hecho sordos a la banda sonora que nos acompaña en todo lo que hacemos, pensamos, deseamos sea la vida, la nuestra, la que nos corresponde modelar. Son aquellos que no recuerdan siquiera el sopor de aquellas tardes que no existieron, que queriendo ser atractivos no son siquiera atrayentes.
Vivir de puertas adentro es una actitud esencial para poseer momentos felices. Me dice un amigo que vivir el sueño y soñar la vida apasionadamente es la máxima que debiera catalogar a todo el que se encuentra consigo mismo. Y sí, para vivir así hace falta más valor que para resignarse a ser como los demás, ejército de nubes que no dejan huella, porque ni siquiera caminan con franqueza, que por no querer cargar con la verdad se preocupan de interpretar lo mejor posible el personaje, el suyo, el inconvenciente.
Es preocupante no saber que vivir nuestra vida debiera ser lo principal...