Como ARS, todos los de la casta nos sabemos "jardineros nómadas". Buscamos comprender otras culturas para crear cultivos en el fondo de nuestra piel, indagamos cómo descubrir la flor que solamente vive en nuestra imaginación. En realidad, deseamos encontrar ese paraiso del que algunos nunca volvieron... y fantaseamos que sea en el que irremediablemente acabaremos.
Y es que escudriñamos entre el azar como si fuéramos eternos adolescentes en busca del shangri-la hiltoniano, sin reconocer que la tarde se va echando sobre nuestras atormentadas espaldas.
No obstante, los sonámbulos nos sabemos conscientes de todo lo dicho anteriormente y aunque tememos los tsunami de sentimientos corremos los riesgos que califican nuestra vivencia. La vida es para desvivirla, de lo contrario... ¿tendría algún sentido?.