domingo, 27 de septiembre de 2009

DESEO INTERMINABLE

Donde el deseo todo habita
el aire es a la ventana
lo que la red a los peces.
(Fórmula grabada sobre una ventana de Mogador en el siglo XII)

Este pequeño texto tomado del libro Los nombres del aire, de ARS, recuerda la importancia del deseo para los sonámbulos. Renueva el pensamiento que sin deseo no hay vida. Cualquiera que note vacíos está queriendo seguir conociéndose, acercarse al motivo por el que un día es un universo para continuar sintiendo que todo merece ser. Una mirada, una opresión en el interior, se interpreta como el bálsamo añorante de una esperanza que pugna por asirse.
Nunca los sonámbulos se creen perfectos, es más, recelan de la perfección, siempre interpretan que todo queda por hacer, de distinta manera, sin final en nada.

sábado, 26 de septiembre de 2009

LA IMPORTANCIA DE LOS COMPONENTES.


Dice ARS en su obra LA MANO DEL FUEGO:
Tarik se da cuenta de que finalmente su pieza está lista para entrar en el horno, para ser entregada al fuego, ese otro ceramista impresvisible que siempre tiene la última palabra.
A nadie le ha dicho que cuando aceptó el reto y el encargo de Jassiba, este ceramista pensó inmediatamente que necesitaba conseguir verdadera ceniza de un par de muertos. La compró clandestinamente y no podía revelarlo. Él mismo no sabe de quién es la ceniza. Como no sabe qué resultará finalmente con ese barro mortuorio después del horno.
La clave y el gran misterio es siempre cómo se comportarán los diferentes ingredientes químicos del barro al llegar a su punto de fusión. Hay materiales más lentos, otros intempestivos. El punto de fusión es ese momento primordial y oscuro que naturalmente obsesiona al ceramista.
Haciendo el amor sucede lo mismo, ha pensado Tarik: hay un momento en el que todo lo que pongamos en juego al hacer el amor se funde de maneras distintas y, si tenemos mucha suerte, muy buena química y un poco de destreza, de la fusión absoluta de los amantes resultará una obra llena de esplendor y belleza.
Pero todo ceramista lo sabe, incluso usando los mismos ingredientes, el resultado nunca es igual. El color de una pieza esmaltada, por ejemplo, no depende de una fórmula fija, sino de una sucesión de acontecimientos dentro del horno que determinan su apariencia final. El fuego precipita una especie de composición musical de fenómenos distintos para cada materia, no una matemática precisa.
Y finaliza el capítulo diciendo: "El alfarero como el amante -piensa Tarik- somos artesanos del fuego y por lo tanto, en verdad, somos amantes de la bella incertidumbre".
Vine hace unos días de un lugar en donde la tierra proporciona a sus gentes prácticamente todo lo que necesitan. Tal vez por eso sus miradas son tan excesivas, tan profundas, pocas veces divergentes. Allí, el lenguaje no precisará más herramientas para hablar con sus habitantes que saber tensar las intenciones para hacerse comprender.
Y mientras, el Bósforo se hacía cómplice de los argumentos del sonámbulo .

viernes, 25 de septiembre de 2009

PAISAJES OBSERVANTES


Pamukkale, cerca de Hierápolis, es un paisaje subrealista dentro de la inmensidad de contrastes con los que cuenta la costa del Egeo. Terrazas de traventino se amalgaman para sobresalir en un espacio en el que la aridez del terreno manda.
De repente, esa soledad blanca, resplandeciente, casi provocando dolor a quien la mira, me recuerda uno de los últimos poemas que escribió Ángel González: VISTA CANSADA. Dice:
No achaques a tu edad
este desinterés, la indiferencia
-casi desdén-
con que hoy miras la vida.
No culpes a tus ojos fatigados.
La fatiga
no está en los ojos que miran,
está en todo lo que ven.
Murió acariciando su marcha con unos poemas de desencanto, de desmotivación, tal vez no depresivos ni deprimentes y sí hermosamente de despedida. ¿Por qué cuesta irse...?

lunes, 21 de septiembre de 2009

EL SENTIDO DE LA VIDA

EL SENTIDO DE LA VIDA
Me decía un buen amigo, alguien al que no fuí y que la casualidad nos juntó, que a la vida se le ha de dar sentido, de lo contrario, no es vida ni es nada.
El tiempo me hizo acudir a esta reflexión cuando me paré a la vera del camino y ver cómo pasaban las nubes.
La vida debe ser analizada periódicamente: ¿vamos por el camino adecuado para que tengamos momentos felices, o hemos tomado el inadecuado?, ¿sentimos o consentimos...?, ¿saboreamos o deglutimos...? ...
Definir el sentido, obliga a resetear nuestra escala de valores, que no deben ser obligatoriamente los mismos siempre. Cada vez comprendo, estimulo y valoro a las personas que dan un giro a su trayectoria vital, ya sea profesional, sentimental o cualquiera diferente, para seguir otro, a veces muy distinto y en nada parejo al anterior.
También me he preguntado en muchas ocasiones: ¿Hay personas que pueden no tener que cambiar nunca...?